La flora de Canarias es el conjunto de especies vegetales que se pueden encontrar en estado silvestre en las islas Canarias. Comprende unas 2600 especies de plantas, de las alrededor de 500 son endemismos canarios, otras 500 son autóctonas de la región macaronésica y el resto probablemente fueron introducidas en tiempos modernos, posteriores a la conquista de las islas.
La flora canaria parece tener su origen en la flora subtropical europea del final de la Era Terciaria. Los restos fósiles de numerosas especies, encontrados en la zona mediterránea europea y en el sur de Rusia, son idénticos a algunos endemismos que existen en la época actual en Canarias y Madeira. Estas especies se extinguieron en el continente al final del periodo Plioceno debido a la desaparición del clima subtropical, propio de la ribera del Mar de Tetis (el actual Mediterráneo), por culpa de la glaciación que afectó al hemisferio norte y del proceso de desertización que originó el desierto del Sáhara. Sin embargo, la mayor parte de ellas (exceptuando los elementos más tropicales) pudieron sobrevivir en las islas gracias a su situación oceánica y a su característica orografía, factores que mitigaron las temperaturas extremas que habían causado la extinción de sus parientes continentales.
Las orografía y clima de las islas favorece la creación de 'zonas de vegetación' o hábitats que pueden agruparse según características y especies en común. Estas zonas suelen encontrarse a altitudes más o menos definidas, aunque la altitud varía según la orientación (que influye en la pluviometría) y la orografía de la isla o zona de la isla en la que se encuentre. Las principales zonas son:
Se trata de zonas con clima mediterráneo o sahariano y va desde la zona intermareal hasta una altitud que puede llegar hasta los 700m, donde se encuentra con zonas de bosque. Esta zona tiene una vegetación suculenta, a menudo de tabaibas y cardones o de matorral semideśértico, con aulagas, balos y plantas halófitas. Esta zona se encuentra en peligro por el avance turístico.
Suele ocupar las franja entres los 200 y 600m de altitud, haciendo de transición entre la zona de xerófita y la forestal propiamente dicha, teniendo un clima de tipo mediterráneo. En ella son comunes árboles que pueden vivir aisladamente o en grupos, tales como la sabina (Juniperus canariensis), el acebuche (Olea europea cerasiformis), el lentisco (Pistacia lentiscus). Esta zona a menudo se encuentra muy degradada por coincidir con áreas de alta densidad poblacional.
Esta zona suele ocupar terrenos de lluvias abundantes, ocupando mayoritariamente las zonas favorables del norte de las islas entre los 400 y 1500 metros, beneficiándose así de la humedad proporcionada por los vientos alisios al formar estos un mar de nubes. Comprende dos subtipos de bosque:
Esta zona alberga especies como la loro o laurel (Laurus azorica), barbusano (Apollonias barbujana), til o tilo (Ocotea foetens) o viñátigo (Persea indica). Éstas, junto con especies de sotobosque asociadas conforman la laurisilva. La laurisilva es considerada una reliquia de la vegetación mediterránea de la era Terciaria o Cenozoica.
Las partes menos húmedas o de transición de esta zona suelen estar ocupadas por el Fayal-Brezal, en las que domina la faya (Myrica faya) y el brezo (Erica arborea).
Esta zona suele encontrarse entre los 1200 y 2000 metros de altitud, existiendo en las islas de El Hierro, Gran Canaria, La Palma y Tenerife. Está dominada por la presencia del pino canario (Pinus canariensis) aunque convive en partes con arbustos como el codeso (Adenocarpus foliolosus), la jara (Cistus symphytifolius) y variedades de tomillo (Micromeria spp.). Existen también otras especies que habitan al menos algunos pinares, así como ciertos endemismos propias de esta zona. La zona de pinar sufrió en el pasado una gran explotación y ha sido objeto de numerosas y extensas repoblaciones desde los años 50 del siglo XX.
En las zonas más altas de Tenerife y La Palma, por encima de los 1900 metros, existen comunidades arbustivas abiertas, dominada por las leguminosas y prácticamente sin árboles, excepto escasos ejemplares de cedros (Juniperus cedrus). Esta zona cuenta con numerosos endemismos, como el tajinaste rojo (Echium wildpretii), el alhelí del Teide, Pterocephalus lasiospermus, Pterocephalus porphyranthus, retama del Teide (Spartocysus supranubius), Genista benahoavensis, Silene nocteolens, la violeta del Teide (Viola cheiranthifolia), etc. La zona de alta montaña de Tenerife se encuentra dentro del Parque nacional del Teide, mientras que la zona correspondiente en La Palma ocupa las partes más altas del Parque nacional de la Caldera de Taburiente.